viernes, 20 de septiembre de 2019


El tamarindo, un árbol leguminoso procedente de África Hoy en Agromática añadimos una nueva ficha de cultivo, en este caso un árbol de gran tamaño. Es conocido como Tamarindus indica, perfecto para regiones de clima cálido. Su origen es de África pero actualmente está instaurado en todas partes. Échale un vistazo a la forma que tenemos de cultivarlo y si te convence…¡manos a la obra!  

Características del tamarindo 

El tamarindo es un árbol cuyo tamaño puede llegar a los 20 metros, aunque generalmente es de crecimiento lento. Sobre todo la particularidad de este árbol es la forma de sus frutos, donde en su interior se albergan las semillas. Son una especie de bolsas de color marrón, cubiertas y de gran tamaño, que tiene varios usos culinarios. Por ejemplo se suelen vender como dulce o para la fabricación de zumos y bebidas, e incluso se han hallado algunas propiedades medicinales  

El clima idóneo para el tamarindo 

El tamarindo logra sus mejores desarrollos y crecimiento en zonas de climas cálidos, con inviernos secos y suaves. Las plantas jóvenes y poco leñosas suelen ser bastante susceptibles al frío, por lo que si esperamos un invierno frío habrá que protegerlas. 

Requerimientos de suelo. 

¿Cuál es el mejor? 
A la hora de cultivar el tamarindo, hay que tener en cuenta algunos detalles con respecto a la calidad y estructura del suelo. Por poner un ejemplo, el Tamarindus indica prospera en suelos profundos, con buen drenaje, textura franca y pH en torno al neutro, entre 6,5 y 7,5. Aún así y habiendo mencionado el mejor suelo donde se desarrolla, tenéis que saber que el tamarindo no es exigente en cuanto a suelos y se adapta bien a la mayoría.



Necesidades de riego y abonado 

Es necesario realizar riegos con una frecuencia que impida que la tierra se seque. Sobre todo en verano, cuando las temperaturas ascienden, es preciso reincidir en el riego. El tamarindo no tiene problemas en crecer en ambientes húmedos.  

En cuanto al abonado, hay 2 componentes minerales muy importantes en el tamarindo, el nitrógeno y el fósforo. Responde muy bien a la incorporación de materia orgánica descompuesta alrededor del árbol, así que puedes realizar este procedimiento al salir de la etapa invernal o justo antes de la floración/fructificación. Si notas que tu árbol tiene problemas de carencia de minerales, y la aplicación de materia orgánica no ha sido suficiente, deberás realizar una aplicación de fertilizantes (nitrógeno y fósforo) de 50 gramos cada uno, los primero 4 años de crecimiento y desarrollo.  

Multiplicación. 

¿Cómo conseguimos nuevas variedades? Podemos obtener nuevas plantas de tamarindo a partir de semillas o por injerto. La forma de preparar un semillero idóneo para la germinación de este árbol consiste en utilizar un sustrato arenoso y con buen contenido en humedad. La semilla tarda en germinar alrededor de 8-10 días. Una vez la plántula tenga alrededor de 5 cm, mediante el repicado, la trasplantamos a macetas esperando que crezca y se endurezca un poco más.  

También puedes conseguir distintos tipos de semillas de tamarindo (tamarindus indica). 

¿Es necesario podar? 

El concepto de poda en el tamarindo se basa únicamente en la arquitectura del árbol. Es decir, en conseguir un equilibro y homogeneizar el crecimiento de sus ramas. Esto se limita a la eliminación de ramas secas y cruzadas, y en airear el interior del manto vegetal para evitar la propagación de enfermedades y mejorando la producción de frutos.

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